
Hay calzado prieto y molesto,
que en la zona subtabular
de nuestra galaxia gastronómica,
es desechado por pies desinhibidos
que necesitan empatizar con
dimensiones cercanas y asertivas.
"Eran muchos los que se preguntaban qué verían el uno en el otro y qué podrían tener en común."
Me escupo,
poco a poco,
por los poros,
sin dilación,
sin tregua,
sin remordimiento,
sin dirección.
Sólo aspiro
a compensar
la tormenta seca,
seca por dentro,
yerma,
voluptuosa y líquida por fuera,
como el buen vino
o el mal veneno.